Desde los primeros años de vida, todo nuestro cuerpo
se convierte en un receptor de cualquier información sonora. Es por eso que
desde el rincón musical, iremos generando contextos y situaciones adecuadas de
juego, expresión y comunicación, que permiten utilizar elementos de la
información sonora que recibimos a diario; además de relacionar otras formas de
expresión como la verbal, corporal y plástica y así, posibilitar una mayor
oferta de recursos comunicativos que nos ayudaran con la formación integral,
cognitivo, afectivo, motor y social.